"El Confidencial" informa que, según los representantes de ANAPAL, la principal asociación que reúne a buena parte de las administraciones de Lotería y Apuestas del Estado: "En dos años las ventas de la Lotería han caído un 20% y eso ha hecho que el Tesoro ingrese 600 millones menos al año". Además, este mordisco del 20% ha redundado en un hundimiento del sector. Según la Asociación, en estos dos años se han perdido 800 empleos y se han traspasado 2.000 administraciones.
Los loteros aluden sin saberlo a la famosa 'curva de Laffer', según la cuál cuando un impuesto se sube por encima de un determinado umbral, eso redunda en una caída del consumo y en consecuencia, en una menor recaudación por parte del Estado.
Sin embargo, Gestha (sindicatos de técnicos de Hacienda) argumenta que el gravamen es de justicia. "Un premio de Lotería, que al fin y al cabo es una ganancia inesperada, nos parece positivo que pase a tributar. Lo que era una anomalía es que estuviera exento", afirman en "El Cofindencial". Pero, la diferencia (y esto lo dice "El Reintegro") es que el titular de Loterías y Apuestas es papá Estado, que ya se lleva el 30% de todo lo que vende su red comercial, es decir, de todo lo que compramos. Por esa razón siempre se ha dado la exención fiscal en los premios, ahora lo que pasa realmente es que aquellos agraciados con un premio superior a los 2.500 euros sufren una doble imposición. Eso sí que no parece justo.
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